¿Sabías que Inglaterra en los últimos años es un referente del ciclismo? Yo tampoco. Fíjate como son las cosas que los primeros años de este milenio (y todos los del anterior) era un deporte en el que eran muy malos. Pésimos. A principios de la década de los 2000, un tal Dave Brailsford (lo he mirado del libro »Hábitos Atómicos») se propuso llevar a este país de la cola del pelotón del ciclismo a la cabeza de carrera. No te quiero engañar, es la típica película donde todo empieza desde abajo y acaban en el puto cielo. Tal cual. Los ingleses eran malísimos, tan malos que las propias marcas les rechazaban por no estar asociados con esa imagen de perdedores. Que duro. Nuestro querido protagonista y salvador del imperio británico ciclista, tenía la teoría de que una pequeña mejora diaria continua, te llevaba al olimpo en cualquier disciplina. Manos a la obra todos, se pusieron a intentar encontrar esa pequeña mejora en todos los aspectos posibles.
En menos de lo que todo el mundo esperaba (y el propio Dave) empezaron a arrasar en todas las pruebas. Olimpiadas, Tours de Francia, paseos en bici los domingos… lo ganaban todo. Años de trabajo, éxitos en más de una generación. Creemos que los grandes cambios (y éxitos) vienen de momentos concretos, pero estamos muy equivocados. Es la suma de los pequeños movimientos lo que mueve una placa tectónica. Recordamos el día del terremoto, no los movimientos que vinieron antes. Si quieres llevar a cabo grandes proyectos, tienes que tener una gran acumulación de mejoras que se sumen entre ellas. Somos el resultado de miles de procesos. Un saludo, HooL.
pd: estos guiris, también pasaron de entrenar en chanclas y calcetines a usar zapatillas. If you liked this post from Hool Investor, why not share it? |
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