La palabra maldita

¿Qué palabra?

Patriarcado.

¿Quién? ¿Patricia Arcado?

¡NO!

¡EL PATRIARCADO!

¿Te suena?

Igual ya la conoces y la usas, o igual te suena a rancio.

Puede ser que te parezca un palabro que nos hace parecer ridículas a las feministas.

Que es agresiva, algo antigua y que estamos flipadas por usarla, como si tuviéramos un lenguaje propio que solo entendemos nosotras y que produce rechazo.

La palabra maldita.

Cuando la pronuncias, muchos te hacen la cruz.

Igual ya te sabes esto de memoria, y te parece que soy como Coco el de Barrio Sésamo explicándote obviedades.

Pero me parece un concepto tan básico y que voy a mencionar tanto, que todas las mentes despiertas tienen que saber de qué estoy hablando.

Así que, vamos a ello.

¿Quién es Patricia Arcado?

El patriarcado es una forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres.

En otras palabras, es un sistema en el que el poder está en manos masculinas, las mujeres siguen siendo discriminadas y existe la desigualdad.

Se trata de una estructura que hay que abolir, si queremos vivir en igualdad.

Hay dos tipos de patriarcado:

Patriarcado de coerción. Se da cuando se permite abiertamente y se legitima que las mujeres son inferiores a los hombres. Esto ocurre en los países en los que las mujeres tienen prohibido viajar al extranjero sin el permiso de un hombre, o se permite la violencia sexual o física dentro del matrimonio, o incluso la mutilación de sus genitales, en nombre de la tradición. Si incumples las normas, pueden apedrearte o encarcelarte. No hay más.

Patriarcado de consentimiento. En este sistema, las mujeres y los hombres somos jurídicamente iguales ante la ley, y sin embargo, en la práctica se sigue produciendo la discriminación sistemáticamente. La violencia machista persiste y la sociedad sigue sin ser igualitaria.

En el patriarcado de coerción, es fácil identificar la desigualdad, y es difícil negarla.

Aquí, todo el mundo lo tiene claro.

Pero el patriarcado de consentimiento, en el que vivimos en España, es más perverso porque está camuflado en nuestra cultura y nuestras creencias, y demasiadas veces la desigualdad pasa desapercibida, porque la naturalizamos.

Este segundo es el que me parece más interesante para analizar, personalmente me fascina su capacidad para reinventarse y conseguir que la desigualdad sea invisible a ojos de mucha gente.

Es decir, que no es tan explícito y evidente porque no nos matan a pedradas de forma legal si no cumplimos las normas establecidas a través de la cultura, pero si nos escapamos del rol que se nos ha asignado en función de nuestro sexo, se nos juzga y se nos penaliza.

Es sutil. Es retorcido.

Y demasiadas veces, no nos damos cuenta.

A menudo, la desigualdad solo la vemos quienes tenemos superpoderes: las mentes despiertas.

Puede ser que estés pensando: no veo esa desigualdad. El feminismo, ya no hace falta.

El patriarcado ya no existe.

Bueno.

El patriarcado me da patriarcadas

Me sorprende que se te haya pasado por la cabeza algo así precisamente ahora, porque estas dos últimas semanas han sido especialmente sangrientas con 5 asesinatos machistas de mujeres y un niño de 7 años.

Y ya llevamos 13 asesinatos machistas en lo que va de año. De media, se cometen al año 60 asesinatos por violencia de género.

Desde que empezó a contabilizarse en 2003, 1.090 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en España.

A pesar de estas cifras, todavía hay quien dice que ya vivimos en igualdad.

Por eso, te traigo más datos que demuestran lo contrario:

• Según datos de los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), la diferencia salarial anual entre un hombre y una mujer es de un 28%. Se calcula que al ritmo que va cambiando, España necesitaría 105 años para acabar con esta brecha salarial.
• La cuantía que reciben las mujeres pensionistas es un 37% más baja. Fuente: UGT.
• Según CSIF, el año pasado, tres veces más mujeres que hombres han reducido su jornada para encargarse de cuidar a sus hijos e hijas: 2.081.700 frente a 717.400.
• Las mujeres dedican 26,5 horas a la semana a las tareas del hogar y del cuidado de familiares, frente a las 14 horas que usan los hombres. Fuente: INE
• Solo un 17% de los puestos directivos de las empresas del IBEX 35 está ocupado por mujeres. Fuente: INE
• En los consejos de administración de las empresas del IBEX 35, las mujeres representan el 27% del total.
• Cada seis horas se denuncia una violación sexual en España. Y se calcula que solo el 20 por ciento se atreven a denunciar. En 2020 se registraron 1.602 violaciones.
• El año pasado se presentaron 150.785 denuncias por violencia de género.

En resumen: somos más precarias, trabajamos más tiempo gratis, no llegamos a los puestos de poder y sistemáticamente se ejerce violencia contra nosotras.

Así que bueno, el patriarcado sí existe. ¿No te parece?

Nadie puede decir que vivimos en igualdad con estos datos.

Pero, ¿cómo se promueve la desigualdad si mujeres y hombres somos iguales ante la ley?

Pues a través de la cultura, hábitos sociales, costumbres, y prejuicios que se transmiten a través de la educación. Y que como los seguimos aprendiendo y enseñando, se transmiten de generación en generación.

Vaya, que la educación es clave en la transmisión de estos valores que perpetúan la desigualdad.

Y ¿cómo se transmite?

A través de los roles de género.

Pero eso ya te lo cuento mejor en los próximos emails, con ejemplos concretos que te ocurren todos los días y que están cargados de sexismo aunque muchas veces no nos demos cuenta.

PD.: Lo de Patricia Arcado no es mío, es de la humorista Malena Pichot que es una genia, y que hizo este video divertidísimo para las que reniegan del feminismo.

 

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