«Elige un TRABAJO que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu VIDA»

Aunque la frase que titula esta newsletter te sonará a Paulo Coelho (sí, seguro que lo odias como yo y como el resto del mundo) en realidad se le atribuye su autoría a Confucio, sí, ya sabes, el que inventó la confusión, la que tenía la pobre chica del concurso de belleza…

Antes de centrarme en el tema de hoy, una pequeña reflexión al aire, y es que la Break Even la leéis unas 1500-1800 personas cada semana, y si no te diste cuenta la semana pasada no la envié. ¿Te puedes creer que NADIE, absolutamente NADIE, me ha dicho algo al respecto ni en Redes Sociales, ni en el mail… NADA.

La semana pasada esta newsletter no llegó y nadie la echó de menos. Lo que da para una profunda reflexión… pero no será hoy, que no tengo ganas de afrontar esa realidad en este momento.

UN BOTÓN DE PAUSA PARA LA VIDA

 

El otro día estaba viendo una película, “El Inconveniente” y hablaban de otra frase de las que hacen daño:

 

La vida es eso que pasa mientras haces otros planes

 

Añadido a ésta comentaban las protagonistas que no se podía poner la vida en pausa y pretender reactivarla cuando nos viene bien. Sin entrar en muchos detalles supongo que esa acción define bastante bien mi vida desde hace ya demasiados años. No sé si será verdad eso de que no se puede reactivar desde el mismo punto en el que se pausó, pero bueno, todo esto me lleva al siguiente punto y tema central de la nius de hoy.

 

TRABAJO, VIDA Y AMIGOS

 

Siempre que he emprendido lo he hecho en equipo. Supongo que muchísima gente ha tenido muy malas experiencias con sus socios, o que el tener que acordar las decisiones con otras personas les quema y piensan que como emprendedores solitarios o solopreneurs les iría infinitamente mejor.

Permíteme que te diga que si piensas que vas a poder con todo y que de esa manera te lo llevarías todo bien calentito, es un error garrafal. Y si es así tengo una pregunta que hacerte: ¿Para que te asociaste con tu equipo si puedes hacerlo todo tú?

Yo lo tengo muy claro: Soy un profesional bastante “inútil”.

Espera, no pienses que me infravaloro. Sé que valgo mucho como profesional, por lo menos tanto como lo que me pagan por hora de consultoría mis clientes (que no es poco precisamente). Pero no es menos cierto que yo sólo no sería capaz de terminar prácticamente nada.

¿Sabría hacer una web completa? Supongo que no como para que luzca profesional.

¿Sabría grabar y editar un vídeo? Ni de broma.

¿Sabría sacarle el máximo rendimiento a una campaña de publicidad online? Desde luego no como los especialistas de mi equipo.

¿Qué es lo que hago yo entonces? Tengo más curiosidad que cualquiera, trabajo más y con mayor ilusión, y me comunico (aquí está la clave) con todos los miembros del equipo, en su “idioma”. Es decir, con los programadores hablo en su “idioma” consciente de lo que puedo pedirles, con los diseñadores idem, y así con todo el mundo.

Como ves, valgo tanto como lo vale mi Equipo.

Y precisamente por esto, para poder trabajar con los mejores, monto proyectos con SOCIOS.

Tengo la tremenda suerte de que mis socios eran AMIGOS antes de asociarnos o lo han sido después. Con el paso de los años, AMIGOS-SOCIOS-FAMILIA.

Gracias a esto puedo decir que en gran parte MI OCIO se ha convertido en MI TRABAJO, y aunque entiendo que un psicólogo seguramente tenga mucho malo que decir al respecto, a mi me ayuda mucho a sobrellevar una vida “pausada”.

Gracias por leer #BreakEven .

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